Guerra de los Diez Días
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La Guerra de los diez días, también llamada habitualmente "Guerra de independencia eslovena" (Esloveno: Slovenska osamosvojitvena vojna, "Guerra de independencia eslovena"; o desetdnevna vojna, "Guerra de los diez días") fue un breve conflicto mantenido entre Eslovenia y Yugoslavia en 1991, inmediatamente después de la declaración de independencia de Eslovenia.
[editar] Preparación de la guerra
El 23 de diciembre de 1990 Eslovenia celebra un referéndum con el 88% de respaldo popular a la independencia. El gobierno esloveno estaba prevenido de que las autoridades federales de Belgrado podían decantarse por el uso de la fuerza para acabar con las aspiraciones independentistas de Eslovenia. Tanto era así que, inmediatamente después de las elecciones eslovenas, el Ejército Popular Yugoslavo (JNA) anunció que aplicaría a toda la federación la nueva doctrina de defensa: la doctrina de defensa de la era de Tito, en que cada república mantenía una fuerza de defensa territorial (teritorialna obramba o TO) sería en adelante sustituida por un sistema de defensa centralizado. Las repúblicas perderían sus capacidades autónomas de defensa y las respectivas defensas territoriales serían desarmadas y subordinadas al cuartel general del JNA en Belgrado.
El gobierno esloveno se resistió a estas pretensiones, asegurando en adelante que la mayor parte del equipamiento de su TO no cayera en manos del JNA. Mediante mandato constitucional del 28 de septiembre de 1990 se establecía para sí el mando único directo de su TO. Al mismo tiempo se creaba en secreto una estructura de mando denominada Estructuras de maniobra de protección nacional (en esloveno: Manevrska struktura narodne zaščite, o MSNZ) con lo que el gobierno esloveno se garantizaba una estructura de mando paralelo para su propia TO. Cuando el JNA asumió el control directo de la TO eslovena, su estructura de mando fue simplemente reemplazada por la paralela MSNZ. Se estima que entre mayo y octubre de 1990, unos 21.000 miembros de la policía y TO eslovena fueron movilizados por la MSNZ, lejos del control de las autoridades federales de Belgrado.
Los eslovenos eran conscientes de que no podrían mantener una confrontación prolongada con el JNA, de manera que adoptaron una estrategia orientada a la guerra asimétrica. Las unidades de Defensa Territorial desarrollarían una campaña de guerrilla, valiéndose de armas anti-tanque y misiles tierra-aire para emboscar a las unidades del JNA, aprovechándose de la ventaja táctica del conocimiento del terreno y el apoyo masivo de la población civil. Por ejemplo, las columnas de tanques podían ser fácilmente paralizadas emboscándolas en un terreno favorable como los valles eslovenos. Para ello, el gobierno esloveno dotó en secreto a sus fuerzas armadas con avanzados sistemas de misiles ligeros de fabricación extranjera, como los anti-tanque Armbrust, de fabricación germana o los tierra-aire SA-7 Grail.
[editar] El conflicto
Inesperadamente, Eslovenia se declara independiente el 25 de Junio de 1991, aun cuando previamente había anunciado que lo haría el día 26. Este adelanto fue una acción estratégica de los eslovenos para tener cierta ventaja inicial ante la expectativa de una confrontación inevitable con el JNA. Y esta se esperaba para el mismo momento de la declaración de independencia. Adelantando en secreto 24 horas la declaración, el gobierno esloveno trastocaba la respuesta del gobierno federal de Belgrado, preparada para el mismo día 26 de junio.
Aunque las autoridades del ejército yugoslavo estaban totalmente dispuestas a sofocar por la fuerza las pretensiones independentistas eslovenos, discrepaban en la manera de hacerlo. El comandante en jefe del JNA, General Blagoje Adžić, abogaba por una operación a gran escala dirigida a sustituir el irredento gobierno esloveno por uno adicto a las autoridades federales. Sin embargo, su superior político, Veljko Kadijević, proponía una aproximación más cautelosa, una mera demostración de fuerza que persuadiese al gobierno esloveno para desistir de sus pretensiones independentistas. Este debate interno dentro del JNA fue ganado por la postura de Kadjevic.
Está en entredicho hasta que punto el JNA decidió actuar al margen del resto de autoridades civiles del estado federal yugoslavo. El propio presidente de turno de la comisión ejecutiva federal de la presidencia yugoslava, el croata moderado Ante Markovic, informó posteriormente de que el gobierno federal no fue informado de la decisión de actuar.
Día 1, 26 de Junio
Durante las primeras horas del día 26, unidades del 13º cuerpo del JNA salen de sus barracas en Rijeka, Croacia, para dirigirse a los pasos fronterizos de Eslovenia con Italia. Este movimiento provoca la inmediata reacción de la población eslovena, que colabora levantando barricadas y mostrando su rechazo a la demostración de fuerza del JNA. En estos primeros momentos del conflicto, ambos bandos parecen seguir una política tácita de no ser los primeros en abrir fuego.
Al mismo tiempo, el gobierno esloveno había puesto en marcha horas antes su plan para controlar la pequeña república, empezando por los abundantes puestos fronterizos y el aeropuerto internacional de Brnik, en las inmediaciones de Ljubljana. La mayoría del personal de los puestos fronterizos eran eslovenos, de manera que estas acciones pudieron desarrollarse pacíficamente, simplemente cambiando los uniformes y la bandera. El control de los pasos fronterizos de Eslovenia con Italia y Austria suponía en la práctica que hasta el 40% del intercambio comercial de entrada en la Federación Yugoslava quedaba virtualmente en manos del gobierno esloveno. Además, ante la expectativa de un ataque del JNA, la maniobra eslovena se había asegurado sin combatir unas excelentes posiciones defensivas: si quería recuperar los pasos fronterizos, el JNA se veía obligado abrir las hostilidades, lo que permitiría a los eslovenos presentar el casus belli como una agresión de los militares yugoslavos.
Día 2, 27 de Junio
En las primeras horas de este segundo día del conflicto se producen sucesivas maniobras de despliegue del ejército yugoslavo: una unidad del 306 regimiento anti-aereo, con base en Karlovac, Croacia, entra en Eslovenia por Metlika; horas después, una columna de tanques y transportes de tropas armados de la 1ª Brigada acorazada del JNA sale de su acuartelamiento en Vrhnica, cerca de Ljubljana, dirigiéndose hacia el aeropuerto de Brnik, que sería retomado por las fuerzas yugoslavas horas después. Al este, unidades del JNA salían de la ciudad eslovena de Maribor, llegando al puesto fronterizo de Šentilj y la ciudad fronteriza de Dravograd al oeste poco después. Mientras, las fuerzas aéreas yugoslavas lanzaban en varias zonas de Eslovenia propaganda con el contradictorio mensaje de “¡Os invitamos a la paz y la cooperación!” y “¡Toda resistencia será aplastada!”
Al mismo tiempo, el gobierno esloveno seguía los movimientos del JNA, y, en contacto telefónico directo, el líder del V Distrito Militar, que incluía Eslovenia, comunicaba al presidente esloveno, Milan Kučan, que la operación se limitaba a retomar el aeropuerto y el control de los puestos fronterizos. Inmediatamente, una reunión de emergencia de la presidencia eslovena desembocaba en la decisión unánime del gobierno esloveno de oponer resistencia armada al JNA.
El gobierno esloveno recibió información de que el JNA usaría sus helicópteros para trasladar fuerzas especiales a puntos estratégicos de la república eslovena, por lo que se advirtió al mando del V Distrito Militar, con sede en Zagreb, que los helicópteros serían derribados si seguían siendo utilizados. La advertencia fue desoída por los mandos del JNA, que seguían creyendo que los eslovenos se rendirían sin oponer resistencia. Como resultado de este error de cálculo, al atardecer del 27 de junio la defensa territorial eslovena derribaba sendos helicópteros del JNA sobre Ljubljana matando a todos sus ocupantes, uno de los cuales, irónicamente, era un piloto esloveno.
La defensa territorial eslovena tomó posiciones en torno a las barracas y depósitos de armas del JNA en diferentes puntos de la republica, cercándolas en la práctica y lanzando una serie de ataques contra las fuerzas armadas yugoslavas a lo largo de toda Eslovenia. En el aeropuerto internacional de Brnik, una unidad de la defensa territorial atacaba a las fuerzas que habían ocupado la instalación. En Trzin, un intercambio de fuego terminaba con cuatro fallecidos entre las filas del ejército yugoslavo frente a una en el bando esloveno, y con la rendición del resto de la guarnición del JNA. Asimismo, la TO eslovena atacaba columnas de tanques en Pesnica, Ormož y Koseze, cerca de Ilirska Bistrica. Una columna de la 32ª brigada mecanizada del JNA, procedente de Varaždin, en Croacia, fue bloqueada en Ormoz y se mostró incapaz de superar por su cuenta las barricadas eslovenas.
A pesar de la confusión de las primeras horas de combate, el JNA había cumplido la mayor parte de sus objetivos militares, y, a medianoche del día 27, había capturado ya todos los puestos fronterizos con Italia, todos los pasos con Austria salvo tres, y buena parte de los nuevos puestos fronterizos establecidos en los límites con Croacia. No obstante, una parte importante de sus fuerzas estaban en una posición vulnerable a lo largo de toda Eslovenia.
Día 3, 28 de Junio
Durante la noche del 27 al 28 de junio las fuerzas de la defensa territorial eslovena recibieron la orden de desencadenar una ofensiva general contra el JNA. Las órdenes del ministro esloveno de defensa fueron las siguientes:
En todos los lugares de RS [Republica de Eslovenia] donde las fuerzas armadas tengan ventaja táctica serán llevadas a cabo acciones ofensivas contra unidades e instalaciones del enemigo. El enemigo será conminado a rendirse, de la manera más oportuna serán adoptadas las medidas necesarias para facilitar la rendición, haciendo uso de todo el armamento disponible. Durante las operaciones, se dispondrá lo necesario para la protección y evacuación de la población civil.
A lo largo de toda la jornada se sucedieron los combates. La columna de tanques que había sido atacada el día anterior en Pesnica fue bloqueada mediante barricadas espontáneas de los eslovenos compuestas por camiones en Strihovec, unos pocos kilómetros al sur de la frontera con Austria, y atacada por unidades de la policía y TO eslovena. Sendos ataques aéreos organizados para apoyar a la columna yugoslava emboscada en Strihovec acababan con la vida de cuatro camioneros. En Medvedjek, Eslovenia central, otra unidad de tanques del JNA fue bloqueada por barricadas de camiones, y la respuesta aérea mató a otros camioneros. Fuertes combates se desencadenaron también en la ciudad fronteriza de Nova Gorica, a escasos metros de la ciudad italiana de Gorizia, donde fuerzas especiales eslovenas destruyeron tres tanques T-55 del JNA y capturaron otros tres, cayendo cuatro soldados del JNA y rindiéndose cerca de 100.
Otros pasos fronterizos que habían sido retomados por el JNA, como el de Holmec, cayeron durante el día en manos eslovenas. En Holmec el intercambio de fuego acabo con la vida de dos combatientes de la TO eslovena y tres yugoslavos, así como con la rendición del resto de la unidad del JNA, 91 soldados. El acuartelamiento del JNA en Bukovje, cerca de Dravograd, fue asaltado por las fuerzas eslovenas, mientras el depósito de armas de Borovnica caía a su vez en manos eslovenas, aumentando significativamente el suministro de armas para su defensa territorial.
La fuerza aérea yugoslava actuó a lo largo de todo el territorio esloveno a lo largo del día, pero se dejó ver especialmente en los combates en torno al aeropuerto internacional de Brnik, donde los ataques mataban a dos periodistas austriacos y herían de gravedad a cuatro pilotos de Adria Airways. Asimismo, se atacaba desde el aire el cuartel general esloveno en Kočevska Reka y se lanzaban otros ataques menores contra repetidores de radio y televisión en Krim, Kum, Nanos y Trdinov vrh, tratando de silenciar la voz del gobierno esloveno.
Al finalizar esta jornada de combates, el ejército federal mantenía la mayoría de posiciones retomadas anteriormente, pero había comenzado a perder terreno rápidamente. Estaba empezando también a tener problemas con las deserciones masivas de los eslovenos adscritos al JNA, que sencillamente abandonaban las filas o se pasaban al enemigo. En este punto, tanto las tropas en el terreno como el mando central de Belgrado parecía vacilar, sin acertar cual había de ser el siguiente paso.