Reflejo
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El reflejo es una pauta hereditaria de comportamiento común a toda una especie pero, a diferencia del instinto, es de carácter local (no compromete a todo el organismo sino a una pequeña parte de éste) y no asegura la supervivencia del individuo.
Su puesta en marcha es automática, desencadenada por un estímulo particular en la zona respectiva, que debe sobrepasar cierto umbral, de lo que se deduce que no depende de la especificidad de un objeto para producirse.
Ejemplos de reflejos en el ser humano recién nacido son el reflejo de pensión y el de succión.
Una de las características fundamentales de los seres vivos es su capacidad de respuesta ante los más variados estímulos, lo que permite que se relacionan de una forma afectiva con el mundo exterior y que tengan una percepción, más o menos rudimentaria según su grado de evolución, de su organismo y medio interno. Parte importante de dicha capacidad de respuesta viene dada por los reflejos.
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[editar] Mecanismo
Se pueden definir los reflejos como las respuestas inmediatas de naturaleza nerviosa que se producen en la mayor parte de los animales ante un estímulo determinado, externo o interno. El acto reflejo es un proceso involuntario que ocurre al ser estimulado un receptor sensorial y su base anatómica la proporciona el llamado arco reflejo. Éste consta básicamente de una neurona (célula nerviosa) sensorial, que capta el estímulo, un centro reflejo situado en la médula espinal, donde se recibe la información transmitida por la anterior, y una neurona motora o efectora, que provoca la respuesta al estímulo, bien activando la secreción de una glándula, bien ocasionando la contracción de un músculo y dando lugar así a un movimiento.
[editar] Reflejos vegetativos y condicionados
Los centros reflejos encargados de determinadas respuestas específicas se hallan situados a diferentes niveles de la médula, como los que producen la erección del pene, la eyaculación, la secreción de sudor, etc. Algunos se ubican en el bulbo raquídeo, engrosamiento medular próximo ya al encéfalo: tal es el caso de los centros respiratorios, circulatório, de la deglución, etc., que controlan las actividades correspondientes.
[editar] De tipo vegetativo
El funcionamiento vegetativo del organismo se halla regulado y controlado por un conjunto de reflejos muy variados, entre los que se pueden citar, además de los que afectan al sistema respiratorio, circulatorio o a la secreción salival, de cuyos centros se hablaba en el apartado anterior, otros como: el reflejo patelar, que provoca la extensión de la pierna como consecuencia del estiramiento del tendón rotuliano; la tos; el parpadeo; los reflejos postulares, mediante los cuales se mantiene el equilibrio del cuerpo en condiciones estáticas y dinámicas; el del tono muscular; el rubor o la palidez, éstos de carácter muy complejo; etc. Todos estos reflejos son de tipo innato, no aprendido y en su casi totalidad de carácter involuntario, si bien sobre algunos se puede ejercer cierto control.
[editar] De tipo condicionado
Hay otros reflejos, los denominados condicionados, que requieren un aprendizaje previo para que se produzcan. Se crean por repetición de un estímulo dado y, una ves adquiridos, se verifican siempre que tenga lugar el estímulo desencadenante. Ejemplo clásica de los mismos lo constituyen los experimentos del fisiólogo ruso Iván Pávlov. Éste indujo en un perro un reflejo condicionado en base se hacer sonar una campanilla mientras en can se alimentaba. Tras repetir la operación cierto número de veces, se observó que el simple sonido del instrumento desencadenaba la salivación en el animal, pues éste asociaba tal estímulo con el acto de comer. La posibilidas de crear relejos condicionados se ha mostrado en múltiples grupos animales, entre ellos los anélidos, las planarias (platelmintos) o los equinodermos, además de los animales superiores. Tanta fue la importancia que durante mucho tiempo se atribuyó a dicho fenómeno que se estableció una escuela específica en el campo del comportamiento animal que trataba de explicar el mismo recurriendo básicamente a este tipo de reflejos: la denominada escuela reflexológica.
[editar] Reflejos patológicos
Se dan en numerosos cuadros clínicos transformaciones de centros nerviosos que originan signos de notable valor diagnóstico. Entre los múltiples casos de interés en patología diagnóstica cabe señalar, por ejemplo, el llamado reflejo de Flatau, o dilatación pupilar por inflexión de la cabeza que puede registrarse en la meningitis; el reflejo de Capp, trastorno vasomotor específico de la pleuritis; el reflejo hepatoyugular, que da lugar a extensión de las venas yugulares al presionar el hígado y es indicativo de lesión cardiaca.