Sello (cuño)
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Se llama sello al cuño o troquel que sirve para estampar figuras o signos representativos de la persona física o moral que lo usa y con los cuales se autorizan los documentos emanados de la misma.
- se llama contrasello a una marca de menor diámetro que el sello y que se añade a éste en el reverso (cuando el sello es pendiente) para dificultar más las falsificaciones.
- se llama sobresello a otro sello menor que se imprime con parte baja y anterior del sello principal y que se plica como representativo de la persona cuando el primero lo es de la jurisdicción en absoluto.
- los sellos que van pendientes del diploma (que en este caso, suele ser un pergamino) se llaman bulas si son metálicos y flaones si son de cera y gran tamaño.
[editar] Material y forma
Los sellos se dividen por razón de su materia y su forma exterior en diferentes clases.
Por la materia de que están formados pueden ser de oro, plata, bronce, plomo, cera, maltha (pasta de arcilla, pez y grasa o cera), creta asiática (tierra arcillosa), lacre o cera hispánica, oblea y por fin de tinta o estampación y en seco o en el papel limpio. La oblea data del siglo XVI y se usaba humedecida y aplicada al documento con papel encima, sobre le cual se imprime el cuño. El lacre se aplica fundido y viene usándose desde el siglo XVII. Los sellos en seco y los de estampación se emplean desde el siglo XVIII. Los metálicos y los de materia arcillosa se conocieron ya por lo menos en la civilización romana. Los de cera más o menos pura constan desde el siglo VII que son los más antiguos que se conservan de esta clase y desde el XII reciben diferentes colores prevaleciendo el amarillo. Los sellos pendientes de cera (pues los metálicos siempre son pendientes) empiezan en el siglo XI y en España a mediados del siglo XII y frecuentemente se hallan de color rojo ya en su totalidad ya en una capa de la superficie desde el siglo XIII.
La forma exterior de los sellos aunque variada es generalmente circular y en los pendientes, la discoidad o de rodaja, si bien los de cera aparecen frecuentemente en forma esferoidal o almendrada. Se llaman de placa a los sellos adheridos al papel o pergamino cuando son de cera o sustancia equivalente y pendientes los que van suspendidos del documento por cordones de seda o tiras de pergamino los cuales se llaman bulas si son metálicos y bula áurea si son de oro. Desde el siglo XIV es frecuente aplicar sobre la cera un papel en los de placa a fin de recibir mejor la impronta del troquel e impedir su desgaste y para evitar el deterioro en los sellos de cera pendientes se envuelven con una sencilla funda de tela o pergamino desde el siglo XIII o se los encierra en una cajita metálica o de madera desde el siglo XV.
La forma interior o de la impronta se acomoda por regla general a la exterior del sello y suele ser circular para los civiles y las bulas papales pero en los sellos episcopales de la Edad Media prevalece la forma oval o de almendra la cual es también frecuente en los de reinas y señoras. En los sellos pendientes con forma almendrada o semiesférica sólo se halla impresa una cara quedando convexa la opuesta mientras que los sellos discoidales llevan impronta en las dos caras.
[editar] Tipos y leyendas
La parte formal del sello se encuentra en las figuras, símbolos y leyendas o inscripciones. Consta por lo mismo de dos elementos íntimamente unidos: el tipo y la leyenda, correspondiéndose y complementándose uno al otro. El tipo ocupa el centro o campo del sello y la leyenda se coloca por lo general alrededor del mismo.
Entre los tipos se hallan principalmente los siguientes:
- mayestático, propio de monarcas en el cual va la figura de éstos colocada de frente y en su trono, empuñando algún cetro o arma.
- el ecuestre, propio de caballeros o guerreros y de reyes conquistadores, cuya imagen va figurada a caballo y en actitud movida (es frecuente en los sellos de cera la unión de ambos tipos, uno en una cara y el otro, en la otra)
- el heráldico, que lleva sólo la figura de algún escudo de armas, distintivo de nobles y caballero y usado también por monarcas para el reverso y contrasello.
- el simbólico, propio de asociaciones, iglesias y demás entidades morales.
- el arquitectónico, en el que aparecen castillos y otros edificios muy común para sellos de Municipios.
- el Papal, con las figuras de los apóstoles Pedro y Pablo.
- el episcopal y el abacial con la figura del respectivo prelado casi siempre en pie en los de la Edad Media y la representación de su escudo de armas en los tiempos modernos.
- el monogramático, formado por el monograma de María, propio de asociaciones piadosas o por la cifra de la persona privada de la cual es el sello.
Al tipo le suelen acompañar diferentes adornos y desde el siglo XIV suele estar como encuadrada la figura dentro de un doselete o templete.
La leyenda rodea por lo común al tipo y va escrita en una sola línea, si bien las bulas pontificias la llevan en una sola cara del sello y en líneas horizontales. El contenido de la leyenda consiste en el nombre de la persona física o moral a quien representa el sello con los títulos de la misma y alguna sentencia o lema que, a veces le acompaña. El idioma adoptado en estas leyendas es siempre el latín en Europa hasta el siglo XIII. Desde esta fecha, se introducen los idiomas vulgares pero los sellos eclesiásticos y los de monarcas suelen continuar con el latín hasta el siglo XX. Los reyes de Francia adoptaron su lengua en los sellos a principios del siglo XVII y los de España en tiempo de Isabel II.