Teatro Argentino de La Plata
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El denominado Centro de las Artes Teatro Argentino se encuentra emplazado en la manzana delimitada por las calles 9 y 10 y las avenidas 51 y 53, de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, en Argentina.
El proyecto pertenece a los arquitectos Enrique Bares, Tomas García, Roberto Germani, Inés Eubio, Alberto Sbarra y Carlos Ucar, quienes ganaran el concurso para la construcción de esta moderna estructura el 14 de agosto 1979, entre 71 proyectos presentados. Esta construcción fue declarada de Interés Nacional mediante el decreto número 774 del 14 de abril de 1980.
Pero la historia de este teatro se remonta a fines del siglo XIX, cuando vecinos de la naciente ciudad de La Plata, concibieron la idea de dotar a ésta de un teatro de envergadura. Nació así, en 1885, la Sociedad Anónima Teatro Argentino que adquirió la manzana que ocupa es actual edificio.
El proyecto de construcción fue llevado adelante por Leopoldo Rocchi, arquitecto italiano, quien ideó una estructura según los modelos de su país, dotando a la construcción de un estilo renacentista. Las obras comenzaron en 1887, con un tiempo estimado de tres años.
El teatro constaba de cinco niveles, con palcos y galerías, pudiendo albergar hasta 1.500 espectadores. Su construcción demandó cinco años de ardua tarea, pero esto no impidió estrenar su primera obra el día del octavo aniversario de la joven ciudad de La Plata, el 19 de noviembre de 1890. La obra fue Otello de Giuseppe Verdi, interpretada por la soprano Elvira Colonnese y el tenor José Oxilia. Esta misma obra fue interpretada en la celebración del centenario del teatro.
Durante los siguientes veinte años desfilaron por sus tablas artistas de renombre, como Ana Pavlova y María Guerrero, entre otros, y numerosos talentos del país. Pero durante este tiempo, la sociedad administradora del teatro comenzó a tener problemas financieros que derivaron en el remate publico de la sala en 1910 y el comienzo de un largo y penoso juicio por cuestiones fiscales, que provocó que el teatro permaneciera cerrado por un largo período. Este litigio terminó recién en 1937, y como consecuencia de ello, el estado provincial tomó posesión de los bienes de la sociedad anónima.
El largo período de inactividad causó serios daños a la estructura edilicia, lo que demandó que se hiciera una profunda refacción que dio un nuevo aspecto a la sala durante las siguientes cuatro décadas.
Esta reforma dotó al teatro de una estructura tal, que le permitió montar sus propios espectáculos. También, en 1938, creó una orquesta y coro estable, que debutó con La Boheme, de Giacomo Puccini. Años más tarde, en 1946, se creó el Ballet Estable, cuya primera directora fuera Giselle Bohn. Todo esto hizo que el Teatro Argentino de La Plata fuera el orgullo y el lugar obligado de encuentro de la sociedad amante de la ópera y el ballet.
Pero, desgraciadamente en 1977, durante un habitual ensayo del ballet estable, un incidente eléctrico provocó un voraz incendio que destruyó buena parte de las instalaciones y afectó seriamente la estructura del edificio. Prácticamente sólo quedaron en pie las paredes perimetrales.
El gobierno militar de entonces, a pesar de los fuertes reclamos de la sociedad argentina e internacional por la reconstrucción del edificio, decidió demolerlo y llamó a un concurso público para la construcción, en el lugar, de un nuevo y moderno centro cultural que continuara la gloria del antiguo Teatro Argentino. Las obras comenzaron en 1980 con una estimación de cuatro años para su finalización, pero éstas sufrieron constantes retrasos y paralizaciones.
Mientras tanto, los integrantes de las distintas compañías estables de teatro comenzaron un derrotero por diversos escenarios de la ciudad, de tal manera que las celebraciones del centenario del Teatro Argentino, en 1990, fueron llevadas a cabo en las instalaciones del Cine Gran Rocha, alquilado a mediados de 1987 por las autoridades gubernamentales para dar cabida a los espectáculos del Teatro Argentino, que nunca dejaron de realizarse.
Finalmente, casi dos décadas más tardes, el 12 de octubre de 1999 se inauguró la sala lírica con el ballet Tango en gris del gran coreógrafo argentino Oscar Araiz y música de maestro Atilio Stampone,en el complemento se presentó, un concierto lírico en el que se interpretó fragmentos de óperas de los compositores Giuseppe Verdi, Charles Gounod, Umberto Giordano y Gaetano Donizetti
El complejo consta de una superficie de 60.000 m² cubiertos polifuncionales, con salas independientes, áreas de ensayo, camarines y talleres de escenografía, vestuario, utilería, etc.
[editar] La nueva etapa
La sala principal "Alberto Ginastera" posee la forma tradicional “a la italiana” en herradura, y entre plateas y los tres niveles de palcos y galerías está en condiciones de albergar a 2000 espectadores. Es ámbito de normal desarrollo de las temporadas líricas, espectáculos coreográficos, y conciertos sinfónicos y populares.
La maquinaria escénica de avanzada permite ofrecer obras de difícil montaje, con plataformas móviles y un sistema computarizado de iluminación de última generación. Presidiendo la sala se alza una imponente araña de bronce de tres toneladas y 400 lámparas de 25.000 wats.
Unos meses después, el 22 de mayo de 2000, quedó inaugurada la Sala Astor Piazzolla, dedicada a las artes de cámara con capacidad para 300 espectadores. En este espacio se realizan conciertos de cámara, producciones teatrales, recitales populares, conferencias y congresos.
Asimismo, en el primer subsuelo fue habilitada la Sala de Exposiciones Emilio Pettoruti, espacio en el que se realizan grandes muestras dedicadas a las artes plásticas, tal el caso de los intercambios patrimoniales con museos nacionales y provinciales, o las de artistas particulares como Pablo Picasso, Quinquela Martín ó Molina Campos, entre otros.
Los amplios foyers han sido revalorizados para albergar pequeñas muestras de desarrollos temáticos, fotográficos o artísticos, que amplían las posibilidades de convocatoria y ofrecen la posibilidad de apreciar nuevos o consagrados artistas.
El Centro de las Artes se complementa con amplias salas de ensayo, camarines, talleres de producción (escenografía, utilería, vestuario, etc.).
Para cumplir con el propósito de producir íntegramente sus espectáculos, sin la necesidad del concurso de agentes externos, técnicos y artesanos altamente calificados permiten la realización de todas las fases de una producción artística, desde las instancias preparatorias hasta la puesta en escena final.
Con la recuperación de su sede propia, el Teatro Argentino volvió a contar con condiciones óptimas para cumplir con su noble objetivo: acercar a sectores cada vez más amplios de la población las más jerarquizadas manifestaciones artísticas