Bifaz
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Un bifaz es una herramienta lítica prehistórica de cronología muy larga; pero que caracteriza, sobre todo una etapa de la Edad de Piedra, el Achelense (aunque se encuentra en otras estapas, como el Paleolítico Medio, o incluso, con posterioridad[1]). Su nombre le viene de que es una pieza generalmente de talla bifacial (esto es, por sus dos caras), de morfología almendrada y tendente a la simetría según un eje longitudinal y según un plano de aplastamiento. Los bifaces más comunes tienen la zona eterminal en punta y la base redondeada, lo que les dá su forma tan característica, unida a su talla bifacial que cubre ambas caras total o parcialmente.
Los bifaces fueron las primeras herramientas prehistóricas reconocidas como tales: en el año 1800 aparece la primera representación de un bifaz, en una publicación inglesa de la mano de John Frere. Hasta entonces se les atribuía un origen natural y supersticioso (se les llamaba «piedras del rayo» porque la tradición popular sostenía que se formaban en el interior de la tierra al caer un rayo, y que luego salían a la superficie; de hecho aún son usadas en ciertas regiones rurales como amuletos contra las tormentas). No obstante, la palabra «biface», bifaz en francés, se utiliza por primera vez en 1920 por parte del anticuario Vayson de Pradenne, comviviendo este témino con la expresión «hacha de mano» («coup de poing»), pudiedo decirse que sólo, gracias a la autoridad de François Bordes, se impuso el vocablo definitivo.
[editar] Politetismo
La mayoría de los bifaces presenta, en su extremo terminal, una zona apuntada u ojival, filos cortantes laterales y una base más o menos redondeada (son los bifaces de morfología lanceolada y los amigdaloides, es decir los ás comunes). Sin embargo, el bifaz es un instrumento cuya forma puede variar mucho, ya que los hay circulares, triangulares, elípticos, etc. Su tamaño medio oscila entre 8 y 15 centímetros, aunque los hay más grandes y más pequeños. Tecnológicamente se caracterízan por que se fabrican sobre canto, bloque o lasca, por medio de una talla bifacial, con lascados que, generalmente, invaden la pieza en sus dos caras. Esta talla puede realizarse con percutor duro (de piedra), pero puede completarse, para obetener resultados más finos, con percutor blando (de cuerna). Sin emabargo, en el aspecto tecnológico, el bifaz también presenta numerosas excepciones: por ejemplo, los llamados monofaces están tallados por una sola cara y los bifaces parciales conservar una gran porción de la corteza natural del soporte, con lo que a veces es fácil confundirlos con cantos tallados.
En resumen, a pesar de que el bifaz es un tipo lítico de personalidad reconocida por múltiples escuelas tipológicas y por diferentes paradigmas arqueológicos; a pesar, también, de ser fácilmente reconocible (al menos los ejemplares más característicos), es prácticamente imposible determinar sus límites debido a su personalidad politética: es decir, el modelo ideal reúne una serie de atributos bien definidos, pero ninguno de ellos es necesario ni suficiente para que una pieza real sea considerada un bifaz. Unos cuantos de esos atributos bastan para la identificación del útil, aunque falten otros tantos.
[editar] Notas
- ↑ Un fenómeno extremadamente raro para la arqueología americana lo son los bifaces que están apareciendo en los alrededores de Sagua La Grande, Villa Clara, Cuba, si se tiene en cuenta que la datación más antigua para la Isla de Cuba no sobrepasa los 10 mil años: Bifaces en Sagua, Cuba. Sin embargo, no debe tomarse este caso como algo excepcional, aunque sea muy interesante: como se ha indicado, la presencia de bifaces, no es exclusiva del Paleolítico Inferior del Viejo Mundo, pues este titpo de piezas siguen apareciendo en todo el globo y en épocas muy diversas de la Prehistoria, sin que ello cronologías antiguas (seguramente sea todo lo contrario). De hecho la tipología lítica hace tiempo que dejó de ser una referencia cronológica fiable y por ello se abandonó como sistema de datación. Como ejemplo sirvan los bifaces que algunas veces aparecen en niveles Magalenienses de la costa cantábrica española, las toscas piezas bifaciales del Lumpembiense africano (9000 adC). Realmente, todo el Neolítico y el Calcolítico suele ir acompañado de herramientas talladas bifaciales de desbrozo, muy similares a los bifaces, llamadas Heminettes (un sustituto más económico de las hachas pulimentadas). Los pueblos aborígenes actuales del río Sepic, en Nueva Guinea siguen usando piezas virtualmente idénticas a bifaces para limpiar partes del bosque. Lo cierto es que Sagua La Grande es un caso claro de una interpretación errónea debida a la aplicación de ideas tipológicas desfasadas y al desconocimiento del verdadero concepto del bifaz paleolítico, pues no es lo mismo un bifaz, que una pieza bifacial, aunque en ciertos casos puedan ser muy parcecidos.