Canto General
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Canto General es el décimo poemario de Pablo Neruda, publicado por primera vez en México, en los Talleres Gráficos de la Nación, en 1950, y que empezó a componer en 1938.
"Canto general" consta de quince secciones, 231 poemas y más de quince mil versos. Obra tremendamente ambiciosa, pretende ser una crónica o enciclopedia de toda Hispanoamérica. Algunos poemas del Canto general:
Amor américa
Antes de la peluca y la casaca fueron los ríos, ríos arteriales; fueron las cordilleras, en cuya onda raída el cóndor o la nieve parecían inmóviles; fue la humedad y la espesura, el trueno sin nombre todavía, las pampas planetarias.
Vienen los pájaros
Todo era vuelo en nuestra tierra. Como gotas de sangre y plumas los cardenales desangraban el amanecer de Anáhuac. El tucán era una adorable caja de frutas barnizadas, el colibrí guardó las chispas originales del relámpago y sus minúsculas hogueras ardían en el aire inmóvil.
Los hombres
Como faisanes deslumbrantes descendían los sacerdotes de las escaleras aztecas.
Pero muchedumbres de pueblos tejían la fibra, guardaban el porvenir de las cosechas, trenzaban el fulgor de la pluma, convencían a la turquesa, y en enredaderas textiles expresaban la luz del mundo.
Mayas, habíais derribado el árbol del conocimiento. Con olor de razas graneras se elevaban las estructuras del examen y de la muerte, y escrutabais en los cenotes, arrojándoles novias de oro, la permanencia de los gérmenes.
Era el Sur un asombro dorado. Las altas soledades de Macchu Picchu en la puerta del cielo estaban llenas de aceites y cantos, el hombre había roto las moradas de grandes aves en la altura, y en el nuevo dominio entre las cumbres el labrador tocaba la semilla con sus dedos heridos por la nieve.
Como la copa de la arcilla era la raza mineral, el hombre hecho de piedras y de atmósfera, limpio como los cántaros, sonoro.
Vienen por las islas
Los carniceros desolaron las islas. Guanahaní fue la primera en esta historia de martirios. Los hijos de la arcilla vieron rota su sonrisa, golpeada su frágil estatura de venados, y aun en la muerte no entendían. Fueron amarrados y heridos, fueron quemados y abrasados, fueron mordidos y enterrados. Y cuando el tiempo dio su vuelta de vals bailando en las palmeras, el salón verde estaba vacío.
Túpac Amarú
Túpac Amaru, sol vencido, desde tu gloria desgarrada sube como el sol en el mar una luz desaparecida. Los hondos pueblos de la arcilla, los telares sacrificados, las húmedas casas de arena dicen en silencio: "Túpac", y Túpac es una semilla, dicen en silencio: "Túpac" y Túpac se guarda en el surco, dicen en silencio: "Túpac", y Túpac germina en la tierra.