Enrique I de Portugal
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Enrique I de Portugal, el cardenal-rey, apodado el Casto fue rey de Portugal entre 1578 y 1580.
Enrique era el hermano menor del rey Juan III y, como hijo pequeño, no se esperaba que llegara nunca al trono portugués. Ya de joven, Enrique tomó las órdenes sagradas para promocionar las relaciones entre Portugal y la Iglesia Católica, dominadas en ese momento por España. Subió con rapidez entre la jerarquía eclesiástica, convirtiéndose en el Arzobispo de Braga, de Evora y Gran Inquisidor antes de recibir el birrete cardenalicio. Enrique decidió llevar a los jesuitas a Portugal y utilizarlos en el imperio colonial.
Actuó como regente de su sobrino-nieto Sebastián y le sucedió como rey tras desaparecer Sebastián en la batalla de Alcazarquivir en 1578. Enrique renunció a sus votos eclesiásticos con el fin de encontrar una novia y asegurarse la continuación de la dinastía. Pero el Papa Gregorio XIII, aliado de los Habsburgo, no le relevó de los votos.
El rey-cardenal murió sin tener preparado un Consejo de Regencia que escogiera a su sucesor. Unos de los principales pretendientes al trono era el rey Felipe II de España quien, en noviembre de 1580, envió al duque de Alba para que reclamara Portugal mediante la fuerza. Lisboa cayó con rapidez y Felipe fue elegido rey de Portugal con la condición de que el reino y sus territorios de ultramar no se convertirían en provincias españolas.
Predecesor: Sebastián I |
Rey de Portugal 1578-1580 |
Sucesor: Antonio I |