Fernando Abal Medina
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Fernando Luis Abal Medina (1947–1970) fue un activista católico y dirigente político juvenil argentino, partidario del uso de la violencia como camino revolucionario. Fue fundador de la organización armada Montoneros, y líder principal de la misma en sus orígenes.
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[editar] Juventud y formación
Nació en 1947, en el seno de una acomodada familia de marcada tendencia nacionalista y católica. Cursó la escuela secundaria en el Colegio Nacional Buenos Aires, donde fue compañero de Mario Firmenich y Carlos Gustavo Ramus, también futuros jefes montoneros. A los 14 años de edad se suma al derechista y violento grupo estudiantil Tacuara junto a Ramus, Firmenich y Rodolfo Galimberti.
Era un joven culto, delgado, alto y de rostro anguloso, que por entonces leía y admiraba a León Bloy, un místico francés, antiguo comunero convertido bajo el régimen de Adolphe Thiers en un católico febril y extremista. En esa época, su hermano Juan Manuel era secretario de redacción de la revista Azul y Blanco, dirigida por Marcelo Sánchez Sorondo, cuya línea editorial estaba orientada hacia los militares argentinos de rango superior.
En 1964 Fernando era miembro de la Juventud Estudiantil Católica (JEC), rama juvenil de la Acción Católica, agrupación que abandonó ese mismo año al conocer al carismático sacerdote jesuita Carlos Mugica, convirtiéndose en uno de sus más devotos seguidores espirituales y políticos. En dichas instancias estuvo siempre acompañado por su inseparable amigo Ramus.
Fuertemente influenciado por las ideas del padre Mugica y el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, a fines del año 1966 se vinculó a la revista Cristianismo y Revolución, donde conoció a su director Juan García Elorrio, un vehemente ex seminarista fundador del Comando Camilo Torres. En 1967 se integró a dicha célula activista junto a Firmenich y Ramus, conociendo allí a Norma Arrostito, siete años mayor que él, quien se convertiría en su pareja hasta su muerte.
[editar] Activismo y militancia política
La aparición pública en la escena política argentina de Fernando Abal Medina ocurrió el 1 de mayo de 1967, fecha en que el Comando Camilo Torres organizó una intempestiva irrupción de protesta en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, donde se celebraba una misa a la que asistía el entonces presidente de facto Juan Carlos Onganía. El objetivo de la operación era demostrar que la Iglesia institucionalizada venía actuando como cómplice y defensora del régimen dictatorial de la llamada Revolución Argentina, y al mismo tiempo hacer un llamamiento a la lucha revolucionaria a todos los católicos. En la ocasión fue detenido por la Policía Federal, junto a García Elorrio, Arrostito y otros.
El 31 de julio de 1967 participó junto a John William Cooke de la primera conferencia internacional de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) en La Habana.
En 1968 volvió a viajar a Cuba con Norma Arrostito, pero esta vez con el objetivo de recibir entrenamiento en la lucha armada revolucionaria. Al regreso intentaron formar un embrión de célula activista junto a Carlos Alberto Maguid, su esposa Nélida Arrostito de Maguid, Mercedes Arrostito y su esposo, de la que estos dos últimos se desvinculan a mediados de 1969. Desde los años anteriores, y a partir de la prédica de la revista Cristianismo y Revolución, la ideología de casi todos estos jóvenes se fue acercando progresivamente al peronismo, al tiempo que desarrollaban una contradictoria mutación desde sus originales ideas de derecha, hacia la admiración por la Revolución Cubana y el Che Guevara.
El 7 de marzo de 1970 Fernando Abal Medina, junto a Norma Arrostito, Mario Firmenich, Carlos Ramus —vestido de sacerdote— y Carlos Capuano Martínez, asaltaron el destacamento San Ignacio de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, próximo a la localidad de San Miguel. De allí se llevaron una ametralladora y el arma reglamentaria del único policía que se encontraba de servicio. Al retirarse pintaron en las paredes consignas reivindicativas peronistas. Para entonces el grupo operativo comandado por Abal Medina estaba formado por aproximadamente una docena de activistas, más algunos colaboradores, en lo que puede considerarse la célula inicial de Montoneros.
El 29 de abril de 1970 el mismo grupo tomó el destacamento 7 de la Policía Federal, ubicado en el cruce de las avenidas General Paz y Mosconi de la Ciudad de Buenos Aires, de donde se llevaron uniformes policiales, gorras y las pistolas de cuatro policías. Estos dos golpes han sido considerados como preparatorios para el impactante operativo subsiguiente. El 27 de mayo del mismo año, Abal Medina, Arrostito, Firmenich y Capuano Martínez asaltaron un garage ubicado en la calle Emilio Lamarca de la Ciudad de Buenos Aires, del cual robaron un vehículo Peugeot 404 y una camioneta.
Dos días después, usando esos y otros vehículos de apoyo, concretaron en el lujoso barrio de La Recoleta el audaz golpe con el que presentaron ante la sociedad a la organización armada peronista Montoneros: el secuestro y posterior "juicio revolucionario" seguido de muerte del general Pedro Eugenio Aramburu, ex jefe de la autodenominada Revolución Libertadora, sublevación militar que en 1955 había derrocado al gobierno constitucional de Juan Domingo Perón.
Años más tarde fue publicado un pormenorizado relato en el recordado número de la revista La causa peronista del 3 de septiembre de 1974, cuyo título de tapa era: "Mario Firmenich y Norma Arrostito cuentan cómo murió Aramburu".
La última operación armada en la que participó Fernando Abal Medina antes de su muerte tuvo lugar el 1 de septiembre de 1970 en la ciudad de Ramos Mejía, pocos kilómetros al oeste de Buenos Aires, oportunidad en que un comando montonero bajo su coordinación asaltó la sucursal del Banco de Galicia en aquella localidad, desde donde lograron retirarse con aproximadamente 36.000 dólares.
[editar] Su muerte
El lunes 7 de septiembre de 1970, a las 20, varios dirigentes montoneros tenían una cita acordada en el bar La Rueda, cercano a la estación del ferrocarril de la localidad de William Morris, provincia de Buenos Aires. Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus llegaron unos minutos antes de lo acordado, junto a Luis Rodeiro y José Sabino Navarro, quienes aparentemente estaban desarmados.
Una comitiva policial ingresó sorpresivamente al local y, ante el desconcierto de los presentes, Abal Medina y Ramus tomaron sus armas y comenzaron a dispararles. En el enfrentamiento Ramus fue alcanzado por la réplica policial, muriendo en el acto. Abal Medina, herido de bala, sacó una granada de entre sus ropas, la cual explotó en sus manos mientras intentaba arrojarla sobre los polícias. Murió en ese instante. Rodeiro fue detenido, en tanto que José Sabino Navarro y otro guerrillero no identificado lograron huir. El tiroteo duró unos 20 minutos. Norma Arrostito y Mario Firmenich, quienes venían retrasados, llegaron a las 20:20 y al ver los cuerpos tirados en la calle escaparon inmediatamente del lugar.
Existen versiones no confirmadas acerca de que, advertidos de la presencia en el sitio de los activistas, la supuesta comisión policial que ultimó a Abal Medina y Ramus en William Morris, era en realidad una banda de irregulares (patrulla de soldados del Ejército Argentino) al mando del coronel Ontiveros, quienes integraban una de las comisiones que luego del asesinato de Aramburu buscaban intensamente a sus responsables.
A partir de ese año y en homenaje a su líder y fundador, el 7 de septiembre fue establecido por la conducción de la organización armada para conmemorar el "Día del Montonero".
[editar] Legado político
En homenaje a quien fuera su jefe revolucionario, el 6 de septiembre de 1973, sus seguidores publicaron en la revista Militancia Peronista para la Liberación un resumen del pensamiento político de Fernando Abal Medina, el cual entre otras consideraciones afirmaba como pautas esenciales:
- Asumir la responsabilidad de la guerra popular
- Adopción de la lucha armada como la metodología que hace viable esa guerra popular, mediante formas organizativas superiores
- Absoluta intransigencia con el sistema dominante
- Incansable voluntad de transformar la realidad
- Identificación de la burocracia sindical como parte del campo contrarrevolucionario
- Integración efectiva con las luchas del pueblo
- Confianza ilimitada en la potencialidad revolucionaria de la clase trabajadora peronista