Hecho social
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El de hecho social es un concepto básico en la sociología y la antropología. Fue acuñado por el francés Émile Durkheim en su libro Las reglas del método sociológico (1895). Refiere a todo comportamiento o idea presente en un grupo social (sea respetado o no, sea subjetivamente compartido o no) que es transmitido de generación en generación a cada individuo por la sociedad, considerada como un todo mayor que la suma de las personas que la componen. A su vez, es recreado en mayor o menor medida por estos, de manera que la mayoría lo comparte y todos lo conocen, entrando en la conformación de sus prácticas y sus juicios morales sin que deba ser previamente discutido.
El ejemplo clásico es el momento del aplauso luego de una representación teatral: cada espectador presente sabe cuándo empezar a aplaudir (y en qué caso debe hacerlo, y las consecuencias de no hacerlo) sin necesidad de preguntar a los demás, de manera que el fenómeno se produce con notoria sincronicidad a partir de la uniformación de cientos de fuentes particulares previamente aculturadas sobre ese hecho social. Desde este punto de vista, todas las facetas mayores de un grupo humano: su lengua, su religión, su moral y sus costumbres, son hechos sociales.
El resultado del no acatamiento a un hecho social es, en el fuero interno, un índice de la fortaleza y vigencia de ese elemento dentro del acervo de hechos sociales que forman el conjunto cultural (que si es fuerte, acarrea vergüenza y en algunos casos hasta el suicidio), y, en las prácticas externas, una causal de sanción social, que dependiendo de la gravedad de la transgresión para ese grupo humano (la cual está en relación directamente proporcional con la la importancia relativa del hecho social violado y de su vigencia —estado de decaimiento, estabilidad o ascensión—) puede ir desde una simple reprobación moral hasta la aplicación de castigos y sanciones penales.