Joshua A. Norton
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Todo el mundo comprende a Mickey Mouse. Pocos comprenden a Herman Hesse. Sólo un puñado comprendió a Albert Einstein. Nadie comprendió al Emperador Norton —Principia Discordia
Joshua Abraham Norton (alrededor de. 1815 - enero 8, 1880), también conocido como Su Majestad el Emperador Norton I, era un ciudadano célebre de San Francisco que se declaró "Emperador de estos Estados Unidos y protector de México" en 1859.
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[editar] Primeros años
Se sabe nacido en Inglaterra, tal vez en Londres. Las fechas varían entre 1814 y 1819. Algunas fuentes enumeran su fecha de nacimiento como 14 de febrero de 1819. De hecho, se sabe muy poco de su vida hasta que en 1849 llegó a San Francisco en plena fiebre del oro dispuesto a hacer fortuna comerciando.
Los registros de inmigración indican que tenía dos años en 1820 cuando sus padres emigraron a Sudáfrica. La genealogía sudafricana indica que su padre era John Norton (muerto en Agosto de 1848) y su madre era Sarah Norden. Sarah era hija de Abraham Norden y sobrina de Benjamin Norden, un comerciante judío próspero, que tenía una tendencia a demandar a los miembros de su propia familia. Esto es respaldado por Cowan (1923) que dijeron que el Emperador Norton I "Era de origen judío hebreo."
[editar] De hombre de negocios a emperador
Norton emigró de Sudáfrica a San Francisco en 1849 después de recibir un obsequio de $40,000 de su padre (posiblemente su herencia). Durante un tiempo le fue bien, y llegó a acumular bastante dinero. Hacia el año 1853 había reunido 250.000 dólares. Pero se tornó ambicioso: decidió acaparar arroz comprando todos los cargamentos, pues las importaciones de China se vieron detenidas por un veto debido a los precarios tiempos de hambruna en dicho país. El precio subió de 5 a 50 centavos, pero se negaba a vender. De repente llegó toda una flota de América del Sur cargada de arroz y los precios se derrumbaron.
Norton quedó arruinado. Dos años más tarde se declaraba en quiebra. Fue entonces que decidió dejar la ciudad por un tiempo.
Volviendo de su autoimpuesto exilio, se disgustó mucho al ver las vicisitudes de los sistemas legal y politico de los Estados Unidos. Así que hizo lo único que podía hacer; enviar la siguiente proclama a la redacción del San Francisco Bulletin:
"En la petición y el deseo perentorio de una gran mayoría de los ciudadanos de estos Estados Unidos, yo, Joshua Norton, antes de la Bahía de Algoa, del Cabo de Buena Esperanza, y ahora por los pasados 9 años y 10 meses de San Francisco, California, me declaro y proclamo emperador de estos Estados Unidos; y en virtud de la autoridad de tal modo envestida en mí, por este medio dirijo y ordeno a los representantes de los diferentes Estados de la Unión a constituirse en asamblea en la Sala de Conciertos de esta ciudad, el primer día de febrero próximo, allí y entonces se realizarán tales alteraciones en las leyes existentes de la Unión como para mitigar los males bajo los cuales el país está trabajando, y de tal modo justificar la confianza que existe, tanto en el país como en el extranjero, en nuestra estabilidad e integridad."
El hombre se proclamó emperador e 17 de setiembre 1859, y la gente le siguió el juego. Una semana más tarde, un segundo decreto hacía saber que a causa de la corrupción en las altas esferas el Presidente era destituido y disuelto el Congreso. A partir de aquel momento gobernaría él personalmente.
“En vista de que un grupo de hombres que se llaman a sí mismos Congreso están ejerciendo en este momento en la ciudad de Washington, violando el edicto imperial del 12 de octubre, se declara abolido y que este decreto debe ser cumplido a cabalidad. Entonces, se le ordena al comandante en jefe de las fuerzas militares, general Scott al momento de terminado este decreto, al mando de las fuerzas necesarias desalojar las salas del Congreso”
[editar] Vida y obras
A lo largo de los años, Norton I lanzó varias proclamas, las cuales iban de lo ridículo -establecer una multa de veinticinco dólares a quienquiera que tras haber sido advertido se refiriese a la ciudad con el nombre de Frisco- a lo visionario -ordenar la construcción de un puente colgante que uniese Oakland y San Francisco sin interrumpir la navegación en la bahía, justo en el lugar ocupado hoy día por el Golden Gate- pasando por varios divertidos o curiosos -disolver a los partidos Republicano y Demócrata o autonombrarse Protector de México-.
“Dada la incapacidad de los mexicanos de regir sus propios asuntos, yo, Norton I, asumo el papel de Protector de México”
El emperador Norton tenía su corte en un edificio gris de habitaciones de alquiler, con retratos de Napoleón y la Reina Victoria (con quien se dice mantuvo correspondencia) colgados de la pared. Por las tardes se paseaba por las calles seguido de dos perros mestizos llamados Lazaro y Bumme, correspondiendo con toda seriedad a las reverencias de sus súbditos, inspeccionando las alcantarillas y comprobando los horarios de los autobuses. Iba a una iglesia diferente cada domingo, a fin de evitar celos entre las diversas sectas.
Si bien sus decretos y proclamas rara vez eran tomados en serio y Norton siguió llevando una vida simple, y aunque no tenía poder político y su influencia se extendía solamente tan lejos como le fue complacido por aquellos alrededor de él, durante el resto de su vida comió siempre en los mejores restaurantes a cuenta de la casa, e incluso tenía un asiento reservado en los teatros de la ciudad. Cuando Norton I entraba en la ópera, todos los demás asistentes se ponían en pie y guardaban silencio hasta que se sentara. Por supuesto, al ser emperador, tomó medidas para hacer del suyo un país mejor, tales como abolir una compañía ferroviaria por haber tenido la desfachatez de no invitarle a comer gratis en uno de sus vagones... Por suerte la compañía rectificó, proporcionándole un pase vitalicio y disculpándose públicamente.
Aparte de los favores, recibía ciertos reconocimientos como emperador. En 1870 se hizo un censo citadino, y en las formas referidas a él, el censor puso como ocupación “emperador”; hizo billetes de su propia denominación, y la municipalidad los valía y los cambiaba por dólares reales al mismo monto, llegando a pagar con ellos varios productos. Estos billetes hoy en día son una rareza evaluada en miles de dólares en casas de subastas.
Al estallar la guerra civil en 1861 siguió el curso de la contienda con "profunda preocupación". Convocó a San Francisco al Presidente Lincoln y a Jefferson Davis, Presidente de la Confederación, para mediar entre ellos. Viendo que no comparecía ninguno y que ni siquiera le contestaban, ordenó un alto el fuego hasta que él "tomara su imperial decisión".
Implantó un sistema de impuestos: 25 a 50 centavos semanales los tenderos y tres dólares semanales los bancos. San Francisco se rió... pero la mayoría pagó.
Como fue un gobernante justo y honrado, no se enrriqueció gracias a su posición. De hecho, en 1867, el oficial Armand Barbier de la policía, arrestó a Norton por vagabundo. La gente se indignó. Mucho. Y no se tranquilizó hasta que el director de la policía le liberó y una delegación de concejales le visitó y le pidió disculpas varias veces. Era magnánimo, y olvidó el incidente.
Era tal la influencia del emperador que, en una ocasión llegó a detener a una turba. Iban los manifestantes indignadísimos hacia el las viviendas de los trabajadores chinos, dispuestos a apalear a varios de ellos, cuando Norton I se colocó frente a la manifestación, se subió a una caja para que todo el mundo le viera, y se puso a cantar. Y a continuación soltó un largo discurso sobre las ventajas de llevarse bien con todo el mundo y la necesidad de amar al prójimo. Debió ser grandioso, pues la enfurecida masa se transformó en un montón de gente sonriente de camino a su casa: Disolvió la turba.
Cuando su uniforme estuvo deslucido y harapiento, Norton dictó una proclama:
«Sabed que yo, Norton I, tengo varias quejas contra mis vasallos, considerando que mi imperial guardarropa constituye una desgracia nacional».
Al día siguiente el ayuntamiento aprobó una subvención para equiparlo de nuevo.
[editar] Muerte
El emperador de los Estados Unidos (y protector de México) reinó duante 21 años. Siempre vivió en San Francisco, donde se convirtió en una atracción turística más.
El 8 de enero de 1880, Norton I, Emperador de los Estados Unidos y Protector de México, murió de un ataque de apoplejía mientras se dirigía a una plática en la Academia de Ciencias Naturales. En 1980 San Francisco conmemoró el centenario luctuoso de su monarca con ceremonias a medio día. A su entierro asistieron más de treinta mil (30.000) personas, el cortejo se extendía por más de tres kilómetros. Como decía su necrológica: «El Emperador Norton no mató a nadie, no robó a nadie, no se apoderó de la patria de nadie. De la mayoría de sus colegas no se puede decir lo mismo.»
Fue enterrado en el cementerio Masónico, pero en 1934 fue situado, a expensas de la ciudadanía al cementerio Woodlawn, bajo una lápida con el epitafio: “Emperador de los Estados Unidos y Protector de México”
Joshua A. Norton, el primer y, hasta ahora, único emperador que han tenido los Estados Unidos, todo un personaje. El Rey en Las Aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain está basado en él. Y, por cierto, uno de los santos de la religión Discordiana, y es mencionado repetidamente en la obra muy influyente de la religión, el Principia Discordia, donde se lo llama "Hijo unigénito de la Diosa".
Actualmente un grupo de simpatizantes promueve una iniciativa que busca cambiar el nombre del puente de la bahía por el de Emperor Norton Bridge.