Leónidas (astronomía)
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- Para otros usos de este término, véase Leónidas.
Leónidas | |
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Periodo | 15 de noviembre a 21 de noviembre |
Fecha máximo | 18 de noviembre |
Radiante | alfa : 153 delta : +22 |
Velocidad | 71 km/s |
Índice poblacional (r) | 2.5 |
Tasa Horaria Zenital (THZ) | 20 meteoros/h |
Progenitor | 55P/Tempel-Tuttle |
Las Leónidas son una lluvia de meteoros que se produce cada año entre el 15 y el 21 de noviembre, alcanzando un máximo el 18 de noviembre. Cada 33 años, las Leónidas muestran un pico de actividad ya que el polvo del cometa Tempel-Tuttle no está repartido homogéneamente a lo largo de su órbita. En años normales, las Leónidas producen tasas del orden de 10-15 meteoros por hora. Denison Olstead, profesor de la Universidad de Yale, observó que los trazos de los meteoros parecían provenir de la constelación de Leo el León, de ahí su nombre.
El color de estos meteoros es generalmente rojizo, son muy rápidos, ya que la Tierra los encuentra de frente, y con frecuencia dejan tras sí una estela de color verde que persiste durante unos pocos segundos. Su distribución a lo largo de la órbita no es uniforme, por cuanto están concentrados en un enjambre más denso (tanto más cuanto más cerca del núcleo del cometa padre) que ha dado lugar a las grandes lluvias de estrellas.
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[editar] Origen : El cometa 55P/Tempel-Tuttle
Los enjambres de estrellas fugaces están asociados a los cometas. En 1861, Kirkwood afirmó que estos corpúsculos eran restos de los cometas. Le Verrier publicó la órbita de las Leónidas, y cuando Oppolzer examinó la órbita del cometa 55P/Tempel-Tuttle de 1866 (1866 I) se hizo evidente la identidad de ambas trayectorias. Este cometa, fue descubierto el 19 de diciembre de 1865 y tiene un periodo orbital de 33,2 años.
[editar] Las tormentas
Las Leónidas pueden dar lugar a espectaculares tormentas de meteoros cada 33 años coincidiendo con el paso del cometa por el perihelio. El astrónomo norteamericano H.-A. Newton demostró, en 1864, que las brillantes lluvias de estrellas descritas por los historiadores en 902, 931, 934, 1002, 1101, 1202, 1366, 1533, 1602 y 1698 se debían a este enjambre. Se habla de una tormenta de meteoros cuando la actividad supera los 1000 meteoros por hora.
Desde 902, las fechas anuales han ido avanzando treinta días: en aquella época el fenómeno tenía su máximo el 12 de octubre; en 1202, tenía lugar el 19 de octubre; en 1366, el 22 del mismo mes y en 1799 se efectúa en la noche del 11 al 12 de noviembre. Esta lluvia de estrellas, en 1766, llamó poderosamente la atención de los habitantes de Venezuela.
[editar] En 1799
En 1799 la observaron A. de Humboldt y Bonpland en Cumaná y dio lugar a «millares y millares de estrellas fugaces y bólidos de fuego cayeron durante cuatro horas consecutivas». También los esquimales de Labrador y Groenlandia quedaron asombrados: los meteoros más grandes tenían un diámetro aparente como el de la Luna, o mayor.
[editar] En 1833
El 13 de noviembre de 1833 la costa oeste de Estados Unidos estuvo iluminada durante más de 6 horas debido a las Leónidas. Iniciada poco antes de la medianoche Olmsted, de Boston, dijo que «su número era como la mitad de los copos de nieve que se observan durante una nevada», y contó más de 240000 meteoros. Algunas personas supersticiosas lo consideraron como un anuncio del fin del mundo. En la noche siguiente un colono americano tuvo la curiosidad de mirar al cielo para ver si todavía quedaban estrellas.
[editar] En 1866
En 1866 tuvo lugar otra lluvia importante, pero menos intensa que las dos anteriores, en la que se contaron hasta 6000 meteoros por hora. En 1834, Olbers observó que las lluvias de 1766, 1799 y 1833 estaban separadas por 33,5 años y esperaba una lluvia interesante para 1899 ó 1900; pero los cálculos de Downing y Stoven demostraron que debido a las perturbaciones de Júpiter, Saturno y Urano, la masa principal del enjambre había sido desviada en más de 3 millones de Km. de la Tierra. Según esto, la lluvia de fin de siglo tenía que ser insignificante, predicción que se confirmó por completo.
[editar] En 1966
La tormenta de Leónidas que ocurrió el 17 de noviembre de 1966, registró unos 100.000 meteoros por hora durante un corto intervalo de tiempo. Sin embargo, no siempre se producen tormentas de Leónidas cada 33 años. En 1933, por ejemplo, la actividad nunca superó los 200 meteoros por hora. Las tormentas más espectaculares de los últimos dos siglos son pues las Leónidas de 1833 y 1966.
[editar] La tormenta de 1999
Para el 18 de noviembre de 1999 se esperaba en España una intensa lluvia de meteoritos y el IAC hizo una campaña para que los alumnos de Enseñanza Media salieran a observar, incluía una unidad didáctica [1]. Las previsiones apuntaban que las mejores condiciones de observación se darían para Centro Europa y África del Norte. El resto de países observarán también una gran actividad, pero no tan alta como en el máximo. Por otra parte el modelo propuesto por David Asher y Robert McNaught preveía una actividad de 1000 meteoros/hora en el máximo a las 02:08 TU del 18 nov 1999 (3h 8m hora oficial ), basándose en la distribución de partículas eyectadas hace 100 años por el cometa Tempel-Tuttle. Según informan varios observadores españoles, las Leónidas no han decepcionado en absoluto y han colmado todas las expectativas que en ellas se tenían puestas. Un máximo muy corto pero intenso se pudo observar desde Europa sobre las 2h de Tiempo Universal. En esos momentos, una tasa por hora de miles de estrellas fugaces cayeron del cielo. Rafael Juárez, desde Granada, comenta: «Que maravilla, no sabia hacia donde enfocar mi cámara, había por todas partes y continuamente». José Antonio Duque: «Perdonad nuestra falta de rigor científico, pero ha habido un momento en el que hemos dejado de realizar anotaciones y conteos y nos hemos puesto a disfrutar del espectáculo».
En Las Peñas de Dios Provincia de Valencia cerca de Higueruelas, a 1100 m. de altura y con una temperatura de 1,5ºC Leónidas 99 representaron una experiencia inolvidable. El cielo estaba casi despejado y tuvimos mucha más suerte que en otros lugares de España. Al principio no hubo actividad, se observaban algunas estrellas fugaces procedentes del radiante de las Tauridas cuya actividad se extendía hasta esa noche. La Luna, presente en esta primera parte de la noche, sabíamos que no molestaría si el máximo ocurría a la hora prevista. A la 1h 40m (T.U.+1) todavía no había actividad y dudábamos que la fuera a haber. Una hora más tarde estaba claro que asistíamos a un espectáculo único. Lo que sorprendió fue el rápido aumento y disminución de la actividad cerca del máximo y la extrema velocidad de los meteoros. También sorprendió la exactitud de la predicción del instante del máximo. Decepcionó la ausencia de bólidos, pero parece que ésta es una característica de las Leónidas. Se registró un máximo de 6615 meteoros a la hora(THZ), en el intervalo entre las 2h 50m y las 3h 0m de tiempo TU+1h.
Los resultados combinados de todas las observaciones compiladas por la International Meteor Organisation (IMO) apunta que parece divisarse un máximo doble con un primer pico a 01:53TU y el máximo principal a las 02:01TU. Entre medias se reduce la actividad sensiblemente. Sin embargo, el punto más alto, el cual indica una THZ máxima de 5.400 aunque tiene un error muy grande. Los datos del Nippon Meteor Society (NMS) llenan un hueco entre las observaciones del IMO. Las observaciones japonesas posteriores al máximo muestran un efecto muy curioso. Vemos un segundo máximo, no tan fuerte, pero al nivel de sub-tormenta, después del mediodía del día 18. Durante casi tres horas la THZ estaba por encima de 250 por hora, alcanzando un máximo de 350 por hora sobre las 16:30, más de 14 horas después del máximo principal.
[editar] En 2001
En la tormenta de 2001 se registró una tasa THZ máxima de 1500 meteoros por hora.
[editar] Previsiones
Los registros históricos disponibles no son muy útiles para caracterizar el nivel de actividad y la posición del máximo de las tormentas por la escasez de observadores y la falta de una metodología de observación adecuada. Además, debe tenerse en cuenta que estimar la actividad cuando aparecen varios meteoros por segundo es realmente difícil. Sin embargo, se han hecho grandes esfuerzos para determinar las características de los retornos de Leónidas de los últimos 200 años. ¿Cuáles son los mecanismos físicos que dan lugar a las tormentas de Leónidas? ¿Por qué hay años en los que no ocurren? ¿Podemos predecir si habrá una tormenta o no, y su intensidad? Nuestros conocimientos sobre el origen de las tormentas de Leónidas han sido muy limitados hasta hace poco. En los últimos años, sin embargo, ha habido un avance espectacular gracias al excelente conjunto de datos obtenidos por los observadores de la Organización Internacional de Meteoros. La actividad registrada en 1998 rompió todos los esquemas y ha sido el motor para el desarrollo de modelos numéricos que explican las tormentas de Leónidas con una precisión nunca antes alcanzada. Las Leónidas están asociadas, como hemos dicho, con el cometa Tempel (1866 l), el cual se observó en 1866 y en 1998. La distancia afélica de este cometa es sensiblemente igual al radio de la órbita de Urano y la duración de su revolución era, en 1866, de 33,18 años. Le Verrier pensó que este cometa tenía una órbita parabólica cuando la atracción del planeta Urano, del cual pasó cerca en el año 126 de nuestra Era. Así las Leónidas (en realidad el cometa) fueron incorporadas a nuestro sistema solar por la acción de Urano.
Véase también: Perseidas, Lista de lluvias de meteoros