Minucio Felix
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Sabemos poco de él, fue un abogado en Roma. La apología que escribió (el Octavius) está escrita en forma de dialogo en el que toman parte tres personas, el autor, y dos amigos suyos: Octavio, un cristiano, y Cecilio, un pagano. Van de camino a Hostia, donde conversan los tres amigos, al pasar ante una escultura de Serapis Cecilio da un beso al aire, y este incidente da origen a una discusión con forma de debate forense. Cecilio actúa como fiscal, llevando la acusación del cristianismo, Octavio es el defensor, y Minucio es el Juez. Cecilio defiende el paganismo y ataca el cristianismo, Octavio lo refuta en tono sereno, y al final Cecilio acepta la fe cristiana, y Minucio se siente feliz. Esta apología no argumenta desde las Escrituras, además, muestra una estrecha relación de ideas y expresiones con el Apologeticum de Tertuliano. Entre Apologética y Octavio hay una relación estrecha de ideas y expresiones, una obra ha influido en la otra.