Revolución de 1952 (Bolivia)
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Revolución Boliviana de 1952, periodo histórico en el cual gobernó el MNR (9 de abril de 1952) hasta el golpe de estado del 4 de noviembre de 1964.
Los inicios están en la insurrección contra la Junta de Gobierno, formada el año anterior para evitar el triunfo del MNR en las elecciones. En La Paz y Oruro ocurren enfrentamientos callejeros entre el 9 y 11 de abril, derrotándose al ejército, pero con un saldo de 490 muertos. Se forma gobierno provisional a cargo de Hernán Siles Zuazo y Juan Lechín Oquendo que asume hasta el regreso desde su exilio en Argentina de Víctor Paz Estenssoro.
Los principales rasgos fueron:
- Disolución del ejército y su reemplazo por milicias de mineros y trabajadores industriales. Recién 1954 se reabre la Escuela militar y se reorganiza el ejército.
- Se otorga el voto universal (a los analfabetos se les otorga el derecho al sufragio) y femenino (21 de julio de 1952).
- Nacionalización de la minería. El 31 de octubre de 1952 la propiedad de las mineras, principalmente compuesto de minas de estaño, Patiño, Hoschild y Aramayo son nacionalizadas e integradas en una nueva empresa estatal (COMIBOL).
- Creación del Ministerio de Asuntos Campesinos, organización de la sindicalización campesina y la Ley de Reforma Agraria (2 de agosto de 1953).
- Participación de los sindicatos y sus dirigentes en gabinete y la creación de la Central Obrera Boliviana en abril de 1952.
El nuevo régimen se tuvo que defender de los intentos golpistas organizados por sus opositores y de los problemas económicos ocasionados por el descenso internacional en los precios del estaño.
Esas reformas fueron de vital importancia para el país, sin embargo este período fue también una época de serios agravios a los derechos humanos. El Decreto Supremo 02221 del 23 de octubre de 1952 ordena la creación de los campos de concentración de Corocoro (La Paz), Uncía (Potosí), Catavi (Potosí) y Curahuara de Carangas (Oruro), éste último conocido como el más serevo. En estos campos de concentración fueron recluidos sobre todo presos políticos, que no tuvieron derecho a un juicio ante las autoridades judiciales; los presos fueron sometidos a severas torturas, hambre y condiciones de vida inhumanas. Claudio San Roman y Luis Gayan Contador dirigieron la Oficina de Control Político, cuya función era hacer uso sistemático del terror para controlar a la población y así mermar cualquier movimiento de oposición al gobierno.