Satélite artificial
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Un satélite artificial es un satélite creado y puesto en órbita por el ser humano.
El Sputnik I, lanzado por la URSS en 1957, fue el primer satélite artificial. En la actualidad existen numerosos satélites artificiales que orbitan alrededor de la Tierra y en torno a otros planetas del Sistema Solar.
Los satélites artificiales se utilizan para múltiples tareas:
- Satélites de telecomunicaciones: estos satélites se utilizan para transmitir información de un punto a otro de la Tierra, en particular, comunicaciones telefónicas, datos o programas televisados. Estos últimos se difunden principalmente por la flota Eutelsat (Hot-Bird, Atlantic BIRD 3, W1,2,3...) y la flota SUS -Sociedad Europea de Satélites- (Astra 1 y 2).
- Satélites de observación terrestre: estos satélites observan la Tierra, con un objetivo científico o militar. El espectro de observación es extenso: óptico, radar, infrarrojo, ultravioleta, escucha de señales radioeléctricas... Entre éstos se encuentran los satélites Spot, LandSat, Feng Yun.
- Satélites de observación espacial: estos satélites observan el espacio con un objetivo científico. Se trata en realidad de telescopios en órbita. En estos satélites el espectro de observación también es amplio. El telescopio espacial Hubble es un satélite de observación espacial.
- Satélites de localización: estos satélites permiten conocer la posición de objetos a la superficie de la Tierra. Por ejemplo, el sistema americano GPS, el sistema ruso GLONASS o el futuro sistema europeo Galileo.
- Estaciones espaciales: estos satélites están destinados a estar habitados por el hombre, con un objetivo científico. Entre estos se encuentra la Estación Espacial Internacional, que está en órbita desde 1998 y habitada permanentemente desde 2002. Otras estaciones espaciales desaparecidas son las rusas Salyut y MIR y la estación americana Skylab.
- Sondas espaciales: Una sonda espacial está destinada a observar otro cuerpo celeste y por lo tanto debe estar en condiciones de desplazarse.
Habitualmente, los satélites se dividen en dos partes principales:
- La carga útil que permite al satélite llevar a cabo su misión.
- La plataforma que garantiza las funciones adjuntas a la misión.