Theodor Herzl
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Theodor Herzl (Budapest, 2 de mayo de 1860 — Viena, 3 de julio 1904). Periodista, escritor y líder judío. Fue el fundador del sionismo moderno. Su nombre hebreo es Binyamin Zeev (Tivadar en húngaro y Theodor en alemán).
Herzl nació junto a la sinagoga central de Budapest, en el seno de una familia representativa de la burguesía judía emergente en el Imperio austro-húngaro. Creció en un ambiente confortable, liberal y laico. Al cumplir 18 años, su familia se traslada a Viena, donde estudió y se doctoró en Derecho en 1884.
En un primer momento combinó la práctica forense con su actividad como escritor y periodista. Escribió también comedias de éxito para teatros vieneses. Luego se volcó en el periodismo. En 1891 asume la prestigiosa corresponsalía en París de Neue Freie Presse, un importante diario de referencia en el Imperio Austrohúngaro, representante de la corriente liberal austríaca. En París constata y analiza el crecimiento del antisemitismo, y comienza a implicarse emocionalmente en el «problema judío», que hasta entonces no le había prestado demasiada atención. Al principio mantiene tesis asimilacionistas, pero el Caso Dreyfus (1894) le supone un punto de inflexión del asimilacionismo hacia el nacionalismo ya que, en sus propias palabras, asistir al proceso Dreyfus y a la agitación antisemita que se generó en torno a ese caso es lo que le convierte definitivamente en sionista.
En 1896, ya de vuelta a Viena, publica Der Judenstaat: Versuch einer modernen Lösung der Judenfrage («El Estado de los judíos: ensayo de una solución moderna de la cuestión judía»), donde propone que el «problema judío» sea un asunto de política internacional y que como tal debía ser asumido. El texto, más un manifiesto que una obra doctrinal, propone un plan político que ofrezca una visión moderna e ilusionante para el naciente nacionalismo judío. Al principio, el texto no fue muy bien recibido y en los ambientes judíos liberales y asimilacionistas de Europa central y occidental es visto como una quimera más. Tampoco gusta nada en las sinagogas, donde se percibe como contrario a las enseñanzas religiosas.
Herzl no se desanima y comienza a desplegar una intensa actividad diplomática que le haga ganar apoyos para la causa sionista en las cancillerías europeas. También trata de persuadir a los dirigentes otomanos para que le cedan parte de Palestina a cambio de apoyo financiero judío. Establece su oficina central en Viena, desde donde despliega su actividad hacia la comunidad judía, que comienza a percibirle como un líder moderno y mundano, que puede encauzar el nacionalismo latente de amplios sectores judíos. En 1897 sale a la calle Die Welt («El Mundo»), el primer órgano sionista oficial.
Promueve la creación de la OSM (Organización Sionista Mundial) y organiza el Primer Congreso Sionista en 1897.
En 1902 publica su obra Alteneuland (La Vieja Nueva Tierra) donde presenta al futuro Estado judío como una utopía socialista.
Fallece en 1904 de neumonía, aunque ya venía arrastrando graves problemas cardiacos. En 1949, los restos de Herzl fueron trasladados a Israel y enterrados en el Monte Herzl, en Jerusalén.
Herzl es un símbolo del sionismo. Su imagen está presente en las dependencias oficiales israelíes y su memoria se mantiene en ciudades, escuelas y calles (prácticamente cada ciudad israelí tiene una calle Herzl). Para los árabes y otros antisionistas, Herzl es el símbolo del «sionismo colonialista». Para los ultraortodoxos judíos es el símbolo del secularismo.