Avenida de Mayo
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La Avenida de Mayo, situada en Buenos Aires, capital de Argentina, conecta la Plaza de Mayo con la Plaza de los Dos Congresos en una extensión de 1.500 metros y dirección este-oeste. Se inauguró en 1894 con idea de que sirviese de pulmón a los habitantes que se concentraban dentro del sector central de la ciudad. Inspirada en los boulevares de París, numerosas fuentes han comparado a la Avenida con sus homólogas de dicha ciudad por sus sofisticados edificios de estilo art nouveau, neoclásico y ecléctico, mientras que la caudalosa vertiente inmigratoria tipificó su carácter hispánico.
Concentró siempre muchos teatros de zarzuelas, cafés de tono madrileño, ateneos, asociaciones literarias y peñas.
Constituyó el gran escenario de la vida pública de principios del siglo XX, y fue el magnífico marco de recepción de los ilustres visitantes extranjeros, como la Infanta Isabel de Borbón. Por ella desfilaron los regimientos militares en las fechas patrias, así como las marchas fervorosas los Días del Trabajo. Fue también el lugar donde se recibió entusiastamente a héroes como los tripulantes del legendario Plus Ultra, o a Jorge Newbery y por donde lentamente desfilaron los cortejos fúnebres de muertos ilustres.
El decreto del Poder Ejecutivo Nacional 437/97 declaró a la avenida como Lugar Histórico Nacional[1], lo cual implica que no se pueden alterar las fachadas de los edificios ni poner determinadas publicidades y marquesinas. Todo lo que altere la estructura debe ser previamente aprobado por la Comisión Nacional de Monumentos y Lugares Históricos.
Nace en Bolivar 49 y termina en Presidente Luis Sáenz Peña 50. Corre entre Hipólito Yrigoyen y Rivadavia.
La Avenida donde están las agencias de loteo, los hoteles, los cafés donde nunca van de acuerdo los que discuten sus cosas andaluces, madrileños que la Avenida de Mayo es como la casa de ellos —Leonie J. Fournier
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[editar] Historia
Ya en 1846 Domingo Faustino Sarmiento, que venía de regreso de París, había mostrado su admiración por los boulevares construidos por el Prefecto de esa ciudad, el Barón Haussmann. En 1869 José Marcelino Lagos proyectó un trazado abriendo avenidas y diagonales bordeadas por plazas y en 1872 los ingenieros Carlos Carranza y Daniel Soler proyectaron una avenida de 50 m de ancho desde la Actual Plaza de Mayo hasta Once de Septiembre. Todas las ideas se basaban en lo parisino, con desdén por la arquitectura colonial.
Fue recien en febrero de 1882 que el Intendente de la ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, se dirigió al entonces Ministro de Interior de la Nación Argentina, Bernardo de Irigoyen, para pedirle que se declarara de utilidad pública y se permitiese la expropiación de las manzanas comprendidas entre las plazas de la Victoria (actual Plaza de Mayo, y Plaza Lorea y las calles Rivadavia y Victoria (actual Hipólito Irigoyen), en los sectores que fueran necesarios para la apertura de una avenida de 30 m de ancho. Realizadas las gestiones necesarias el proyecto fue convertido en ley, dictándose el 31 de octubre de 1884 la ley nº 1.583 que autorizaba la apertura de una avenida de 30 metros de ancho entre las mencionadas plazas. El Concejo Deliberante de la ciudad reglamentó esta ley, el 21 de septiembre de 1885, dando un nuevo impulso a la idea. A partir de entonces se generaron grandes debates en la opinión pública y medios periodísticos, que en general no fueron favorables a la medida, por diversos motivos, lo cual sería en parte causa de la tardanza en el inicio de las obras.
Uno de los primeros problemas fueron los juicios de expropiación que comenzaron en 1885. Los demandados arguían la inconstitucionalidad de la ley, pues se expropiaban terrenos de mayor tamaño que los necesarios.
Superado ese primer planteo y los trámites legales, el segundo tema fue la demolición, que comenzó el 20 de octubre de 1886 con una casa, de Saturnino Unzué, en la calle Salta, entre Victoria y Rivadavia. Cuando Alvear dejó la Intendencia se habló de interrumpir las demoliciones, pero estas se reiniciaron el 25 de mayo de 1888, demoliendo el Departamento General de Policía, que se encontraba junto al Cabildo. Este último tuvo que perder, el 5 de marzo de 1889, sus dos arcadas del lado norte el para que la avenida llegara a la plaza.
La avenida de inauguró oficialmente el 9 de julio de 1894, en una ceremonia llena de pomposidad oficial y alegría popular. En este día inaugural el foco del acorazado Almirante Brown presidió el festejo en la Plaza de Mayo, cuyas fuentes se transformaron en pagodas chinescas [2].
Sin embargo, la totalidad de su trayecto se completó en setiembre. Se había presupuestado una suma de dinero cuatro millones de pesos, pero el costo resultó ser finalmente de 14 millones, a pesar de que de los 115 inmuebles afectados, 85 fueron cedidos por sus propietarios, a cambio de la exoneración de impuestos.
Se reemplazó además el antiguo método de numeración de calles por el actual.
[editar] Situación actual
Con el tiempo muchos edificios fueron construidos sin ninguna relación ni respeto por el patrimonio arquitectónico. En los últimos años el P.R.A.M. (Programa de Revitalización de la Avenida de Mayo), producto del Tratado General de Cooperación y Amistad entre los gobiernos de España y Argentina ha corregido significativamente esto buscando recuperar la memoria histórica de la ciudad y su patrimonio. En este proyecto participaron el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la A.E.C.I. (Agencia Española de Cooperación Internacional) y la Comisión Nacional del Quinto Centenario de España. Las tareas en 2006 continúa.
[editar] Referencias
- ↑ Decreto 437/97
- ↑ Buenos Aires, Avenida de Mayo, (2002), de Elisa Radovanovic, pág 72
[editar] Bibliografía
- Cutolo, V. O. (1994), Buenos Aires: Historia de las calles y sus nombres, Buenos Aires: Elche. ISBN 950-99212-03.
- Diego A. del Pino, Rafael E. Longo, Oscar B. Himschoot, Ricardo A. Ostuni, Edgardo J. Roca, Enrique H. Puccia, Luis J. Martín, Anibal Lomba (1999), Buenos Aires: Los cafés, senciñña historia, Librerías Turísticas. ISBN 987-9105-11-7.
