Futurismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre
Futurismo, movimiento inicial de las corrientes de vanguardia artística, fundado en Italia por Filippo Tommaso Marinetti, quien redactó el Manifeste du Futurisme, el 20 de febrero de 1909, en el diario Le Figaro de París.
Tabla de contenidos |
[editar] Estética
Marinetti concibió esta nueva estética, inspirado en la Patafísica de Alfred Jarry y Remy de Gourmont y en procedimientos estilísticos, que este movimiento literario, no asumió, respecto de ninguna tradición formal, ni cultural previa. El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado (el llamado Pasadismo), y por considerar que los museos, en especial en Italia, eran sitios equivalentes a los cementerios, donde la tradición artística común, lo impregnaba todo.
Según Marinetti había que hacer tabla rasa del pasado y crear un arte nuevo, desde cero, acorde con la mentalidad moderna y las nuevas realidades. Para ello se toma como modelo a las máquinas y sus virtudes: la fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento, la deshumanización.
En literatura, el Futurismo, abjura completamente del pasado y alienta a no respetar la métrica. Asimismo, intenta sustituir los nexos por notaciones algebraicas y buscar un léxico radicalmente hecho de tecnicismos y barbarismos, plagado de infinitivos, exclamaciones e interjecciones que denotan energía y libertad.
El llamado teatro sintético del Futurismo, es el espacio en el cual las acciones ocurren a una velocidad vertiginosa, (con tramas de no más de diez minutos) , y donde se ocultan las presencias humanas, y sólo se ven los pies de los actores, cuyas figuras se adivinan por metonimia
La estética futurista pregona una ética, de raíz fundamentalmente machista, misógina y provocadora. Entre sus postulados se dignifica la guerra como una fórmula para el saneamiento de un mundo anacrónico y decrépito y proscribe la argumentación sentimental o anecdótica.
Con el correr de los años Marinetti fue politizando el movimiento hasta coincidir con las tesis del fascismo, a cuyo partido, ingresó en 1919.
El Futurismo fue un movimiento fundamentalmente italiano y de carácter literario (Marinetti), aunque tuvo expresiones importantes en la plástica (el pintor argentino Emilio Pettoruti y los pintores italianos Gino Severini, Carlo Carrà, Giacomo Balla o el escultor Umberto Boccioni). También tuvo adherencias en otras manifestaciones artísticas, en arquitectura (Antonio Sant'Elia) y en la música (el ruidismo del compositor Luigi Russolo, antecedente directo de la llamada música concreta).
El futurismo se caracterizó por el intento de captar la sensación de movimiento. Para ello superpuso acciones consecutivas, una especie de fotografía estroboscópica o una serie de fotografías tomadas a gran velocidad e impresas en un solo plano. Ejemplos destacados son el Jeroglífico dinámico de Bal Tabarin (1912, Museo de Arte Moderno, Nueva York) y el Tren suburbano (1915, Colección Richard S. Zeisler, Nueva York), ambos de Gino Severini. En el campo de la fotografía destacaron los hermanos Bragaglia y sus imágenes movidas, que ofrecen tiempos sucesivos y trayectoria de los gestos, como en Carpintero serrando o Joven meciéndose.
El futurismo tuvo además algunos seguidores en Rusia (el poeta Vladímir Maiakovski), en Bélgica (el escritor Émile Verhaeren), en Portugal (Fernando Pessoa, quien divulgó el movimiento a través de la revista Orpheu, 1915) y en Uruguay (el poeta Alfredo Mario Ferreiro); sin embargo, tras alcanzar su cúlmine, a mediados de los años veinte, la estética futurista fue disgregándose hasta desaparecer en la década de los cuarenta.
[editar] Trascendencia del Futurismo
La importancia que tuvo el Futurismo, más allá de sus méritos artísticos, a comienzos del siglo XX, fue la de recrear una estética desde cero, posibilitando, de este modo, una renovación espectacular de los principios y técnicas artísticas, que aún tiene consecuencias, incluso, en la actualidad. Fue el primero de los ismos o vanguardias artísticas y su valor como movimiento rupturista allanó el camino a las demás corrientes que refrescaron el panorama artístico en los albores del siglo XX.
[editar] El futurismo en España
El Manifiesto de 1909 del primer movimiento de la Vanguardia artística fue conocido en España ,ese mismo año, gracias a Ramón Gómez de la Serna y a su revista Prometeo, aunque muchos de los que han comentado, en la península, este movimiento, mencionan como precedente, el Futurisme catalán de Gabriel Alomar, quien fundó la revista (Futurisme) en 1907.
Sin embargo, nunca llegó a existir en España un Futurismo articulado como tal, a diferencia de lo que ocurrió en Portugal. La influencia entre los hispanoamericanos se debió a pintores que, como el uruguayo Rafael Barradas, Enric C. Ricart o Rafael Sala, marcharon a Italia y otros como Celso Lagar, Antonio de Guezala o Joan Sandalinas que fueron influenciados por ellos.
En poesía tomaron algunos elementos, de esta estética, los catalanes Josep Maria Junoy, J. V. Foix, Joaquim Folguera, Sebastià Sánchez-Juan, Bonaventura Vallespinosa i Salvat y sobre todo Joan Salvat-Papasseit.
Por otro lado, el Ultraísmo asumió casi todos sus postulados artísticos, dejándose ver este influjo futurista en libros como Hélices de Guillermo de Torre.
Ya en los años 20, toman algunos elementos del futurismo Ramón de Basterra y Ernesto Giménez Caballero, uno de los patrocinadores de la visita a España, (Barcelona, Madrid y Bilbao) de Marinetti, en 1928. En la revista Ismos (1931), Ramón Gómez de la Serna disertó sobre esta estética que ya había procurado difundir en 1910.
[editar] Bibliografía
- Guillermo de Torre, Literaturas europeas de Vanguardia, Madrid, 1925 y Historia de las literaturas de Vanguardia, Madrid, 1965.
- Juan Manuel Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936). Madrid, 1995.
- I poeti futuristi, Trento, 2004.