Hydrodamalis gigas
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Vaca marina de Steller Extinto desde 1768 |
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Clasificación científica | ||||||||||||||
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Nombre binomial | ||||||||||||||
Hydrodamalis gigas Zimmermann, 1780 |
La vaca marina de Steller (Hydrodamalis gigas, antes Rhytina gigas) fue un enorme sirenio de 8 metros de longitud (más de 10 en casos excepcionales) y 4 toneladas de peso, el mayor que ha existido jamás. Fue descubierta por la expedición rusa de Vitus Bering en 1741, y desde ese momento se convirtió en una presa codiciada por los marineros, que la cazaron en gran número hasta su extinción en 1768, apenas 27 años después de su descubrimiento.
Este enorme mamífero era un animal estrechamente emparentado con el dugongo (Dugong dugon) que habita actualmente en las costas del Océano Índico y parte del Pacífico desde Taiwan a Nueva Guinea. Al contrario que otros sirenios, la vaca marina de Steller era el único conocido que habitaba en aguas frías, aunque tenía el mismo temperamento excepcionalmente manso (hasta el punto de dejarse matar con facilidad) y se alimentaba también de una amplia variedad de algas. El registro fósil demuestra que durante el Pleistoceno hubo momentos en que su distribución se extendía desde las costas de Japón a las de California, pero a finales del mismo la especie quedó restringida a las islas Komandorskie, cerca de la Península de Kamchatka.
Las causas de su extinción están en la demanda humana de su carne, grasa y piel, de gran calidad. El naturalista alemán Georg Steller, que viajaba en la expedición de Bering, las describió de la siguiente manera:
La carne de los individuos adultos no se distingue de la de buey y la grasa... es... dura, glandulosa y blanquecina... cocida supera en suavidad a la mejor grasa.
La piel era tan resistente que podía usarse para revestir el casco de los buques, y la grasa y carne, además de gratos alimentos, se demostraron como potentes remedios contra el escorbuto debido a su riqueza en vitaminas. Las islas Komandorskie se convirtieron en un importante centro de cazadores de vacas marinas hasta la extinción del animal.
En años posteriores se comunicaron algunos avistamientos en las Komandorskie y otras islas cercanas, pero la existencia de este animal después de 1768 no ha podido ser probada nunca de forma fiable.