Justiniano II
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Justiniano II (Griego: Ιουστινιανός Β´) (Constantinopla, 669- Damatrys, Bitinia, 4 de noviembre de 711), emperador bizantino de 685 a 695, y nuevamente de 705 a 711, también conocido como Rhinotmetos (Ρινότμητος: "nariz cortada").
Justiniano era hijo del anterior emperador Constantino IV, que había mandado mutilar a sus hermanos Heraclio y Tiberio, como forma de asegurar la ascensión al trono de Justiniano a su muerte. En 685, con 16 años de edad Justiniano ascendió al trono sin aparente oposición. A pesar de sus relevantes talentos y cualidades para el ejercicio del poder, poseía un sentido despótico y cruel de la autoridad imperial.
Reinó durante dos periodos distintos, con un periodo intermedio en el que poder recayó en manos de dos generales usurpadores: Leoncio y Tiberio III.
[editar] Primer Reinado (685-695)
Su primer reinado (685-695) comenzó con buenas perspectivas. Debido a las victorias de su padre Constantino IV, las fronteras orientales del Imperio eran estables y el Califa pagaba un tributo al emperador. Justiniano II logró que los califas aumentaron el valor del tributo que le pagaban, logró recuperar parte del control de Chipre. Por otro lado acordó con el Califato Omeya el reparto de los ingresos procedentes de las provincias de Armenia e Iberia.
Aprovechando la paz con los árabes musulmanes en la frontera oriental, el joven emperador lanzó entre 687 y 688 varias expediciones contra los búlgaros y los eslavos que se habían asentado en los Balcanes. Justiniano II transfirió la caballería bizantina de Anatolia a Tracia y tras una gran campaña militar logró recuperar el control de la ciudad de Salónica, la segunda más importante del Imperio, perdida unos años antes.
Los prisioneros eslavos que se obtuvieron en dichas campañas fueron reasentados en Anatolia donde contribuyeron a repoblar las zonas que habían quedado devastadas en las guerras contra los árabes. Esta política tuvo excelentes resultados al contribuir a la reactivación económica y demográfica de buena parte del Imperio. Además dotó al Imperio de una fuerza militar añadida de 30.000 hombres en la zona.
Entre 692 y 693 el emperador rompió la tregua con el Califato Omeya y lanzó una campaña contra los árabes musulmanes que resultó fallida y que condujo a la conquista de Armenia por parte musulmana.
En el ámbito religioso, Justiniano II convocó en 692 el llamado Concilio Quinisexto, que se celebró en Constantinopla. Este concilio fue un complemento disciplinario de los concilios quinto y sexto. Entre las disposiciones de dicho concilio se encontraron la de proclamar la igualdad entre los patriarcados de Roma y Constantinopla, así como la consagración de prácticas características de la iglesia oriental. Debido a todo ello este concilio fue rechazado por el Papado y actualmente la Iglesia Católica no lo considera como concilio ecuménico aunque la Iglesia Ortodoxa sí. Justiniano II se caracterizó por perseguir a los maniqueos.
Emperador sanguinario, no retrocedía ante la violencia, sino que respondía con más violencia aún. Parece razonable suponer que las persecuciones del emperador contra los representantes de la nobleza no tuvieron por causa pura arbitrariedad, sino el secreto descontento de aquellos aristócratas, que se negaban a aceptar la política autoritaria y autocrática del Emperador y pretendían destronarle.
Justiniano II cavó su tumba política al llevar a cabo una dura política fiscal para costear las suntuosas construcciones con las que quería emular a su tocayo el gran Justiniano. Ello le convirtió en una figura tremendamente impopular. Su tesorero Esteban, un eunuco persa, y el logoteta público, el monje Teodoto, recurrieron a la tortura y a la prisión con el fin de procurarse el dinero necesario para las obras. Tanto capataces como trabajadores eran azotados y lapidados si no estaban a la altura de las exigencias del Emperador.
FInalmente, en 695 el hastiado pueblo constantinopolitano se amotinó. A la revuelta, dirigida por los Azules, pronto se unieron los militares, y el estratega del thema de la Hélade, Leoncio, fue proclamado emperador, en tanto que Esteban y Teodoto fueron arrastrados por las calles de Constantinopla y linchados.
En un golpe de mano, Justiniano fue capturado, y Leoncio procedió con él de un modo que por entonces se consideraba misericordioso: le amputaron la nariz (de donde proviene su apodo) y le desterraron al Quersoneso (Crimea), considerando que nadie con tan grotesca apariencia podría volver a gobernar.
[editar] Destierro
Durante su exilio en Querson, llegaron a los oídos de las autoridades de la ciudad que Justiniano estaba intrigando apra recuperar al trono, de modo que acordaron capturarlo y enviarlo a Constantinopla para enfrentarse a la justicia del emperador Tiberio III. Justiniano huyó y se refugió en primer lugar en la corte de los Khazares; en 703 se casó con la hermana de Busir Glavan, khagan (soberano) de los Khazaros, que tomó el nombre de Teodora. Busir trató de asesinar a su cuñado tras realizar un trato con el usurpador Tiberio que había sustituido a su vez en el trono a Leoncio. Justiniano, alertado por su mujer del complot, logró huir no sin matar antes a los dos soldados que iban a asesinarle.
Entonces Justiniano buscó refugio en la corte del khan búlgaro Tervel. Tervel le dio su apoyo a cambio de dinero y de la entrega de una corona de César. Con un ejército de 15.000 jinetes búlgaros marcharon en 704 contra Constantinopla, pero no pudieron tomar la ciudad. Entonces Justiniano II se infiltró en la ciudad a través de un acueducto en desuso y con unos pocos compañeros logró reunir a sus seguidores y dio un golpe de estado durante la madrugada. Justiniano mandó ejecutar a sus rivales Leoncio y Tiberio, así como a miles de partidarios de estos.
[editar] Segundo Reinado
Su segundo reinado (705-711) se caracterizó por el establecimiento de un régimen de terror. Justiniano II, ahora con una prótesis nasal de oro, medio enloquecido por la mutilación, las humillaciones y los diez años de destierro, llevó a cabo una brutal venganza. Comenzó mandando ejecutar, entre otros, a sus sucesores en el trono, los generales Leoncio II y Tiberio III, cuyos cuellos fueron pisoteados hasta la muerte en el Hipódromo ante el enfervorecido populacho. Sus cabezas fueron clavadas en picas, y la siguiente en caer fue la del patriarca de Constantinopla. Todos sus opositores, así como aquellos sopechosos de serlo, fueron perseguidos y exterminados por su régimen de terror. Mandó a un ejército a Rávena para saquearla y matar a sus principales autoridades en venganza porque la ciudad no le fue fiel, e hizo lo mismo con Querson, de manera todavía mas despiadada.
Llevó también a cabo una guerra sin éxito contra los búlgaros de Terval, que le habían ayudado a recuperar el trono y sufrió numerosas derrotas a manos de los árabes en Asia Menor.
El reinado tiránico de Justiniano provocó otro levantamiento contra él. La ciudad de Querson, donde Justiniano había estado desterrado, se rebeló bajo el liderazgo de un oficial llamado Bardanes cuando el Emeprador. Las fuerzas enviadas a suprimir la rebelión se unieron a ella y los rebeldes ocuparon la capital y proclamaron a Bardanes emperador. Justiniano se encontraba en aquel momento de camino a Armenia y fue incapaz de regresar a tiempo para defender la ciudad. Fue arrestado y ejecutado en las afueras de la ciudad en diciembre de 711. Su cabeza fue enviada como trofeo a Bardanes, y enviada a Rávena para su pública exhibición ante la alegría de los supervivientes del cruel saqueo.
Al oír la noticia de la muerte de Justiniano; la madre de Justiniano tomó a su nieto de seis años y co-emperador, llamado Tiberio y lo llevó a la Iglesia de Santa María en Blachernae, tratando de evitar que fuera asesinado. Sin embargo los hombres de Bardanes arrancaron al niño del altar, lo sacaron de la iglesia y una vez fuera lo asesinaron, poniendo así fin a la dinastía de los Heráclidas.
Bardanes, que tomó el nombre de Filípico, sucedió a Justiniano II al frente del imperio (711-714).
| Predecesor: Constantino IV |
Emperador del Imperio Bizantino 685 - 695 |
Sucesor: Leoncio |
| Predecesor: Tiberio III |
Emperador del Imperio Bizantino 705 - 711 |
Sucesor: Filípico |
